El Big Data y el ecommerce de turismo, una alianza indispensable

En nuestros días es impensable descartar la idea de promocionar un negocio a través de las redes sociales. Como bien se sabe, es en ellas, se atrae al tipo ideal de consumidor para un ecommerce concreto.

Cualquier persona tiene un perfil creado en, al menos, una red social y a cambio de poder hacer uso de este servicio ofrece gratuitamente sus datos: edad, estado civil, gustos, intereses, necesidades, ideología, inquietudes, etc. Si a toda esa información, ofrecida voluntariamente por el usuario, se le añade aquella que nos proporciona la geolocalización, es posible, a través del geomarketing, hallar al consumidor perfecto de cualquier producto específico en cualquier parte del mundo.

El marketing en turismo

El mercado del turismo es un claro ejemplo del tipo de negocios que se han tenido que reinventar para adaptarse a las nuevas técnicas de consumo, y si la estrategia utilizada ha sido la correcta, no solo ha conseguido mantenerse, sino que gracias a ello ha logrado expandirse de manera exponencial. Por ejemplo, antes de la aparición de las RRSS, el potencial cliente entraba en la tienda física, solicitaba la información necesaria y volvía a su casa con unos cuantos folletos debajo del brazo. Ahora, ese potencial cliente es el usuario que busca información en la red y en base a ella se le ofrece un producto específico, adaptado al cien por cien a sus gustos y necesidades. Puede ser que hoy no compre, pero gracias a la información que de él se dispone, es posible continuar mostrándole la publicidad adecuada a sus intereses día tras día.

Si los datos personales facilitados por el propio usuario en las RRSS indican que vive, por ejemplo, en Salamanca, no se le ofrecerá un hotel en esa ciudad, pero sí un restaurante adaptado a sus gustos culinarios. Si, además, sus últimas búsquedas en Internet desvelan que se ha interesado por un congreso que se celebrará en Londres el próximo mes de junio, se le puede ofrecer un paquete completo de vuelo, hotel y coche de alquiler en las fechas concretas en las que necesita viajar. Por último, si el GPS de su teléfono móvil nos indica que ya está en Londres, se le puede ofrecer allí un restaurante, una oferta para la compra de entradas a un museo o a un concierto que se celebra ese mismo día, etc. Aquí es donde entra el juego el geomarketing, esencial para la industria del turismo: el usuario ofrece gratuitamente su ubicación, por lo que es indispensable mostrarle las opciones que tiene a mano.

Analítica social

Todo lo expuesto anteriormente es básico, pero, como bien sabemos, si se recogen datos hay que analizarlos. No sirve de nada todo el esfuerzo y tiempo invertidos si después no se miden los datos obtenidos. La evolución en el campo de la analítica social ha sido, y aún lo es, muy rápida y se centra en analizar comportamientos y resultados del contenido social. Se trata de un pilar esencial en la estrategia para la valoración del impacto de un proyecto social. En este campo se avanza hacia el análisis de métricas como pueden ser el alcance total de un contenido o su popularidad, la viralidad de una campaña publicitaria en RRSS o el tan ansiado engagement.

Hemos hablado de Big Data, de geomarketing y de analítica social, pero para llevar a cabo el objetivo fijado será imprescindible ofrecer a los empleados del ecommerce de turismo una formación adecuada que les haga ver cómo se ha reinventado la industria turística y les ofrezca las herramientas necesarias para llevar a cabo su cometido mediante esta nueva forma de trabajar y de relacionarse con el usuario, al fin y al cabo, el cliente.

(c) Lowpost

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